Se prende fuego todo, y yo estoy en calma. Pero de a ratos creo que me pasa algo con esto del 100% de inflación, el rumbo del mundo, y la sobredosis de información que me entra por ojos si no los cuido. Silencio. Los últimos dos días todo se sucede armonioso, como en un sueño. No hay ansiedad. Veo a mi amiga hoy al mediodía, va a mil, le sumo tres datos culinarios difíciles de recordar, me los repregunta tres veces, prometo mandarle un audio. Pasa un coreano caminando, ¿o soy yo la que pasa? Le sonrío, no se por qué, algo en nuestra conexión visual de 1 segundo me hizo sentir que éramos amigos en otra tierra que no es esta. Vuelvo en bici del centro, en la zona de la escuela nos hacen bajar y caminar, todos los ciclistas accedemos sin problema, nos divierte de golpe sentir que podemos ser una sociedad civilizada. Me cruzo al escritor cuyo libro me gustó mucho y que tiene un look peculiar en ese mismo momento que estoy sobre adaptada a la vida tribal. No le digo nada, ni a él ni a nadie últimamente, es algo que aprendí de mi último amante: a ser más reservada, con todo. Y algo que ya veía aprendiendo de mi marido: a hablar menos en general y a hablar menos de otras personas. ¿Me estaré finalmente convirtiendo en esa persona misteriosa y silenciosa que siempre supe era la mejor opción ser?
eau . de . toilette
dimanche, septembre 14, 2025
8:30 am - chinatown
Llego de vivir 3 vidas al departamentito temporal. Me saco la remera aunque sea invierno, porque siempre hay humedad. Todo es caos en mi vida #2 de hoy pues desayunamos todos juntos antes de ir a la escuela. Me tiro bruma de lavanda en el rostro, la que hace Domi en la selva, me transporta a la calma. En mi vida #3 volví caminando sola 1km. En esas caminatas matutinas no me llevo nada más que las llaves, objeto medieval si lo hay. Tuve la correcta cantidad de abrigo para no tener frío ni calor, esto es un acierto que vale la pena celebrar. A estas tempranas horas el nuevo barrio está en ebullición. Me molesta un poco todo, pero por fuera se me ve tranquila, como un mar en calma. En los momento que surgía un pensamiento, lo abandonaba enseguida, habitando lo máximo que podía mi voluntad más profunda: ser nada, no pensar en nada. Meditación activa. Me quiero sentir de viaje aparece en mi mente, son vocablos que escapan a mi poder y se muestran. Quiero vacaciones pienso un miércoles a las 8 am, en la mitad de la semana, en medio de un mes en el que no me voy a ningún lado, mientras cruzo entre bocinas una calle transitada. Veo otro pensamiento: en esta época de mi vida no me puedo acomodar a mis amantes. Demasiada terapia me hace priorizar mi descanso. Recuerdo que en mi primera vida amanecí cansada, cocine huevos para agregarle a las luncheras, desarmé las bolsas de ropa que vienen limpias buscando un pantalón que mi hijo no encontraba y que finalmente estaba en su lugar. Pensé en volver a Bikram una vez a la semana, ir a chivar y gozar de lo bien que me siento luego de la práctica. Caminando de vuelta a la casa también pensé: que fiaca escribir. Pero al final lo disfruté.
dimanche, août 17, 2025
páginas matutinas vol. I
Me falta la meditación real. Aún no la empecé. ¿Será hoy? Anoche cuando me desperté pensé en ponerme a meditar y con mi poder arreglar todos los problemas, después me acordé que me acosté borracha y me reí y me volví a dormir.
jeudi, octobre 24, 2024
Acá está, ese lugar familiar e incomodo del que solo se sale escribiendo. Escribiendo todo lo que sé que puedo sentir: superación, comunión con el abismo, omnipotencia por ser parte del todo. O algo así. Se sale atravesando primero un pequeño pozo de tristeza, tristeza de apego, de costumbre, de vacío. Nada grave, nada que no se haya sentido antes. Nada que el tiempo y una cosmovisión amplificada del universo no achique, hasta que sea un recuerdo agridulce, pequeño como un caramelo masticable. Hasta que me de vergüenza haber sentido tanto alguna vez, con suerte.
mardi, février 27, 2024
un poco de diario, de aires de semi dios, de horror, de maravilla y de nada.
mardi, octobre 04, 2022
como descansar de uno mismo
Tengo ganas de hacer de cuenta que no existe internet. Creo que mis días eran menos intensos en ese momento. Pero no estoy segura si es por la internet, la edad o los hijos. O por ir confirmando que esto es todo, que sí, efectivamente todo depende de nosotros y de con quienes nos asociemos. Todo depende de lo que decidamos con este pedazo de carne con electricidad que se llama cerebro. Igual hoy estoy mejor. O estaba, hace unas horas me enojé con él, él no lo sabe, se lo iba a decir, pero decidí que no, que lo mejor que puedo hacer es no aparecer, que no es lo mismo que desaparecer. Siempre fue mi mejor venganza, dejar de sentir o por lo menos que eso crean, bonus: en algún momento me lo creo yo también. Después me enojé con el otro. Empiezo a creer que soy yo y no ellos. Vuelvo a desear no tener internet, que los mensajes de texto se cobren así no abusamos. Planeo mi día productivo, en ningún momento tendría por qué agarrar el teléfono. Lo logro bastante bien, pero me molesta tener que premeditarlo. Corro, me baño, me aceito, me cocino, almuerzo leyendo el guión del acto de fin de año que vamos a hacer para nuestros egresados de preescolar. Me alegro de ya no tener bebés, me acuerdo que a veces no me banco a mis hijos, no tanto a ellos, más bien tener que ser la responsable de ellos, por suerte la culpa dura poco, no es el camino ese, es solo una de las ideas sin filtro que vomita mi cerebro, la carne eléctrica. Estoy yo eléctrica y tranquila al mismo tiempo, no sé como hago pero siempre me logro unir bien en extremos opuestos. Doy un masaje en un rato. Lo pedí ayer, porque hoy no tenía pacientes y me llamo a las dos horas de pedirlo al aire, si hay un rayo de esperanza en este mundo es que todavía puedo hacer magia.
samedi, mai 07, 2022
volver
Me prometo hace años volver a escribir, pero no estaba permitiéndomelo. Primero me detuvo la vergüenza, de existir, pensar, sentir y ser percibida. Motivo mas que suficiente para frenar y borrar. Eso dura mucho, sobrepasa el placer de tipear y hacer poesía. No se fue del todo, si debo decir la verdad. Lo siguiente fue el fuego, todo lo que tengo para escribir, me avergüenza que lo lean mis seres queridos, mi marido, mis hijos. La gente que me ve todos los días, no quiero que me vea aquí. Y no me ven, pero de pronto puedo morir y si me extrañan lo pueden encontrar. En fin. Todo se soluciona con abrazar lo que es y soltar, y saber que hay partes que son ficción, aunque se basen en la realidad. Me gusta exagerar. Sentir exageradamente, todo de vida o muerte, pero de a ratos, sino sería demasiado. Estos años mande un par de mails, que redacté dos días en mi cabeza, que disfruté. Lo compartí con pocos. Y me dio lastima, no escribir más. Querer escribir un libro y no escribir ni esto, para este espacio secreto. Lo voy a intentar, aunque en el camino alguien se desilusione, aunque ese alguien sea yo, porque lo más hermoso de la desilusión es que ya no vivimos engañados por ese velo.
sábado a la mañana
Es sábado, pero eso a mi reloj biológico no le cambia, amanecemos a las 7 am, como siempre, mi cuerpo y yo. Soy de campo, digo bromeando, o no, cuando alguien se sorprende de lo temprano que me levanto. Bruna se pasó a la noche a mi cama, no lo recordaba pero cuando la veo algun recuerdo de voces en la oscuridad me viene, duermo muy pesado, mi bendición. A su lado está su padre, duermen en la misma posición, los dos boca arriba. Parece una coreografía, un cuadro pintado en 1920, una fotografía de esas que veo en WorldPress pero que si yo mando nunca publican. Son iguales, son hermosos. El silencio abraza la toma y yo deseo que se queden así, por lo menos 3 horas más, los amo, pero duerman siempre más que yo, la mañana es mía. Recorro la casa, los tapo a todos, prendo una vela, admiro mis flores en la mesa, preparo un plato de frutas y delicias. Siempre en algún momento quiero estar sola. No me molesta su existencia, pero duerman un rato más. Váyanse un día o dos o tres. Váyanse una semana. Después vuelvan, que preparo la comida y charlamos. Pero ahora duerman, que quiero estar sola, con mi libro, con mi vida.
vendredi, septembre 03, 2021
viernes
Apreto el botón y rompo el silencio del alba, el motor ruge, vibra todo sobre la mesada, el elixir comienza a caer en mi taza. Es mi café, el único alimento que necesito para subir a la compu a editar las fotos de estos espacios de arte que me trajeron el éxtasis al cuerpo, un cambio en mis células solo por caminar entre el poder creativo, las infinitas posibilidades y la luz devuelta en mi alma. Bienvenidas. Llueve, en dos horas tengo dos clases de yoga y la promesa de almorzar ramen con uno de mis mejores amigos. Ramen japonés de verdad, de esos caldos de 14 horas, con ese amigo con el que me río de las cosas más serias. Soy feliz. En el silencio de mis hijos dormir y la ausencia deportiva de mi marido estoy acompañada de mi núcleo pero sola. Seguridad e independencia, atención y espacio. Ganas y hartazgo. Todo lo tengo.
Agradezco.