mardi, novembre 15, 2016


nauseas

Tengo nauseas, bastantes nauseas. A veces me pregunto si son de este segundo embarazo. O restos de mi última crisis resignificados y teñidos de alegría.
Vuelvo a la escena de la muerte de mi madre, justo cuando exhala su último aliento, antes de darme cuenta que estaba sola en casa con ella. Con ella y con nuestra perra. Tengo la edad que tengo ahora, 31 años, 20 más que los que tenía en ese momento. Saco mi iphone, lo desbloqueo y doy vuelta la cámara para sacarme una selfie. Me saco algunas con mi madre muerta al lado, las primeras sonriendo y tratando de salir linda, las segundas interpreto un gesto de pena, pero cuidando salir bien también. Me salgo de esa escena caricaturesca, y vuelvo, pero hago algo más propio, más mío: saco fotos más bien artísticas, apago la luz del techo y dejo los veladores, para darle ambiente. Me gusta la idea, cambio la cámara, tengo mi Canon profesional, saco desde diversos ángulos. Me congelo, me quedo mirando mi reflejo en el espejo que ocupa toda la pared al lado de la cama. No recordaba que había tanto espejo en el cuarto. Veo a mi madre acostada, aun con las piernas colgando al costado de la cama, me veo a mi, arrodillada a su lado, adulta. Adulta. Pienso en un texto para escribir en el ensayo de fotos que realizo con el cadaver tibio. No veo un texto en si, veo solo el ego de quien lo escribe, un texto poético, filosófico, profundo, pretencioso. Palabras, como si las imágenes no alcanzaran, aunque se dice que una de estas últimas dice más que mil de esas primeras. Me da asco escribir un texto, es como si el artista necesitara confirmarse como tal, darle sentido a lo que hace, ponerle un nombre propio a su obra. Leo, no piscis. Mi madre era de piscis, con luna en leo.

Archives du blog