Ayer a la noche me sentía tan pero tan mal, que pensé
"si me muero no me sorprendo". Yo, que me aferro a la vida como una garrapata, pensé
eso, en mi delirio de cansancio, insolación, resaca, dolor de cabeza, placas en la garganta y dolor de panza. Por suerte hoy ya estoy bien.
Imagino que así son los delirios de dolor, así se piensa durante una muerte lenta y dolorosa,
"me siento tan pero tan mal en este momento y en este cuerpo que mejor me muero y ya". No se lo deseamos a nadie.