samedi, septembre 10, 2016

sin wifi



Llego temprano a los lujosos departamentos de Talamanca, tengo una clase particular de yoga. Ganaré lo mismo en una hora aquí que lo que gano trabajando una semana en el estudio. Tengo que conseguir más clientes de alto standing, definitivamente. Aunque las clases en el estudio son mucho más profundas. Todo no se puede. Son las 9.20am. La clase es a las 10am. Estaciono a la sombra, abro las ventanas y me pongo en falso loto para meditar. Medito. En la meditación me aparece, de pronto, un mensaje de la clienta que me pide que vaya a las 10.30. Como todo pensamiento lo observo y vuelvo a mi mantra. Termino de meditar, me relajo y miro la hora en el teléfono. Encuentro un mensaje de la clienta, me pregunta si puedo ir a las 10.30, de verdad, real. Me río y le escribo que ya llegué. Me dice que suba que suba. Tengo que meditar más.

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