samedi, mai 07, 2022

sábado a la mañana

 Es sábado, pero eso a mi reloj biológico no le cambia, amanecemos a las 7 am, como siempre, mi cuerpo y yo. Soy de campo, digo bromeando, o no, cuando alguien se sorprende de lo temprano que me levanto. Bruna se pasó a la noche a mi cama, no lo recordaba pero cuando la veo algun recuerdo de voces en la oscuridad me viene, duermo muy pesado, mi bendición. A su lado está su padre, duermen en la misma posición, los dos boca arriba. Parece una coreografía, un cuadro pintado en 1920, una fotografía de esas que veo en WorldPress pero que si yo mando nunca publican. Son iguales, son hermosos. El silencio abraza la toma y yo deseo que se queden así, por lo menos 3 horas más, los amo, pero duerman siempre más que yo, la mañana es mía. Recorro la casa, los tapo a todos, prendo una vela, admiro mis flores en la mesa, preparo un plato de frutas y delicias. Siempre en algún momento quiero estar sola. No me molesta su existencia, pero duerman un rato más. Váyanse un día o dos o tres. Váyanse una semana. Después vuelvan, que preparo la comida y charlamos. Pero ahora duerman, que quiero estar sola, con mi libro, con mi vida. 

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