mercredi, décembre 30, 2009

09/2006

Iba bien. A medida que terminaba la clase de estiramiento empezaron las nauseas, devuelta. Me mareo, pánico interno y PLUM! Caigo. Todo está oscuro. Ya va a ser la hora de Taekwon do y no puedo con mi ser. Pido disculpas, voy al pasillo. Veo a través del vidrio el agua. Abajo nadan y flotan. Yo no. Sigo camino, como quien sigue al pie de la letra las instrucciones que leyó 7 veces. Sin saber como ni porqué, pero si que el resultado es un cubículo del baño. Bajo la tapa del inodoro y me siento. Al fin sola. Ese espacio de 1x1 se sintió como la octava maravilla del mundo. Escondida y libre. Me dediqué a llorar por segunda vez en el día. Que delicada es la existencia. No se, ni supe en ese momento, cuanto tiempo estuve así. Cuando logré calmarme salí, 3 splashes en mi cara y a entrenar again. Como si nada, todo normal. Descubro que soy pésima con lo que respecta a mi talón. Descubro que olvido partes de la forma y que bajo la guardia continuamente. Descubro que no me importa recibir los golpes. Mi sabón me dice "armate".
Armate. Una sola palabra, que me dejó pensando. Buena idea, quizás un día lo haga.

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