vendredi, mai 13, 2011

5 horas más.

Mis hermano, mis socios. Ezeiza. La radio está sonando desde su computadora. ¿Mi abuela es mala o es buena? Yo hago todo. No, no vive acá, mucho más fácil. Nunca me perdieron la mochila. Pero todo lo que yo necesito. A veces cuando me llama me queda la oreja caliente. Cuando uno vuelve de viaje está relajado. Están desarrollando como unos glóbulos rojos, ¿viste que los glóbulos rojos llevan el oxígeno por la sangre? A veces no caigo que estoy volviendo hasta que estamos por aterrizar. No le puedo cortar, es re difícil cortarle el teléfono. ¿La llamo o no la llamo? No me importa porque no tenés la plata. Bueno como unos glóbulos que si estás teniendo un paro cardíaco te los inyectás, y tenés como 5 horas más en las que tu sangre sigue recorriendo tu cuerpo pero sin que tu corazón funcione. Es loco, porque ya estuve 12 horas en el aire y recién cuando baja es como que me cae la ficha. Fumatela. Y así vas tranquilo al hospital. Y volvés a la rutina y a una vida más normal, ¿pero que es normal? Es que extraña, es obvio. 5 horas más. Va a tener otro hijo. Te lo inyectas y sigue fluyendo la sangre aunque se te haya parado el corazón. Pero no es que le querés cortar, solo que tenés alguna otra cosa que hacer. Algún lugar nuevo a donde ir. ¿Sabes que haces cuando no sabes que hacer? Vas tranquilo al hospital. A ver gente que está trabajando todos los días, en el mismo lugar. Normal. No me expliques porque no la tenés, solo decime cuando me la vas a dar. Si lo pensás es lo mismo que cuando viajas, pero tiene el toque mágico. A veces no puedo creer que yo sea la más chica. Las familias son una gran casualidad. 5 horas más. Tengo que llamar a mi abuela. No elegís realmente, y no sé si está bueno privarse de elegir. Nadie entiende tu idioma. Está sobrevaluado ese concepto. Nadie te conoce. Yo no sé lo que es normal.

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