8 am
Es de día, no hay sol pleno, sé que estoy con Jen aunque no la veo. Hay silencio. La carretera es inconfundiblemente de Ibiza, con el campo creciendo a los costados, hay silencio. Mi auto, que antes era de Jen, está estacionado, veo un pedacito de vidrio en la rueda derecha delantera, me acerco y me agacho, veo que caen muchísimos vidrios de la rueda.
Salgo de la meditación con una sensación rara. No suelo tener visiones en la meditación, pero esta inconfundiblemente me trae a la mente un choque. Tengo miedo de chocar, es normal. Le cuento a R. y me dice que ando con muchos miedos saliendo de mi interior últimamente, que seguro es uno más, que por que no contacto a nuestra chamana. Digo que si, que es cierto que debería hacer eso. Empieza el día, parece que va a llover, entro la ropa, llueve. Después de 2 años empiezo a entender el cielo de esta isla.
13 pm
Me llama R., está yendo a la carretera entre San José y San Jordi. Jen chocó con el auto. Está bien por suerte.
Es de día, no hay sol pleno, sé que estoy con Jen aunque no la veo. Hay silencio. La carretera es inconfundiblemente de Ibiza, con el campo creciendo a los costados, hay silencio. Mi auto, que antes era de Jen, está estacionado, veo un pedacito de vidrio en la rueda derecha delantera, me acerco y me agacho, veo que caen muchísimos vidrios de la rueda.
Salgo de la meditación con una sensación rara. No suelo tener visiones en la meditación, pero esta inconfundiblemente me trae a la mente un choque. Tengo miedo de chocar, es normal. Le cuento a R. y me dice que ando con muchos miedos saliendo de mi interior últimamente, que seguro es uno más, que por que no contacto a nuestra chamana. Digo que si, que es cierto que debería hacer eso. Empieza el día, parece que va a llover, entro la ropa, llueve. Después de 2 años empiezo a entender el cielo de esta isla.
13 pm
Me llama R., está yendo a la carretera entre San José y San Jordi. Jen chocó con el auto. Está bien por suerte.