cocino, as usual, mi amado arroz yamani. le agrego la salsa de tomate que hice hace unos días y una mini berenjena blanca, para variar un poco mi menú orientaloide-yamanisense. me limpia. no es que este intoxicada de estupefacientes pero, un poco, como todos los del clan al que pertenezco, el de "pendejos malcriados revolucionarios". (divertido). igual, la limpieza es interior sobre todo, no voy a negar que estoy en una de esas épocas en las que no me pinta ni bañarme ni lavarme los dientes. claro que lo hago, evidente! pero bueno, en el fondo, la pura realidad es que no me pinta mucho la rutina básica del día a día-
vacaciones, ¿que se le va a hacer?-
subo con la comida, siento que tengo que escribir, pero no sé bien que-
solo puedo decir que esbocé momentos de perfección. si, perfectos, total y absolutamente. yo si creo en la perfección, y creo que fluyendo es inevitable. no sé aun si es particular o universal-
me quedo con un poco de ambos, porque puedo-
confirmadisimo: el tiempo no existe, y la presencia no sé aun-
y adivinen que... me quedo con un poco y un poco-
no como, porque esa caliente, creo que es la costumbre la que me hizo cocinar, realmente no tengo hambre. le falta sal, le pongo muy poca sal a la comida cuando la preparo. y si, a veces le pifio. pero no pienso bajar, no no-
no pienso bajar, ja-
ni tampoco comer para el caso. ¿a quien engaño? estoy tan llena de todo que no tengo hambre-
claro, es eso! de eso es de lo que quería escribir! que tema difícil de explicar. tengo tanto, pero tanto. a veces me olvido y me deprimo. si seré tonta. . . tengo todo lo que necesito. y un poco mas. pero "nunca es demasiado", lo digo siempre, hasta cuando no lo creo-
BTW, hoy si creo-