dimanche, décembre 26, 2010

dos

tu pelo era una maraña de rulos
con el volumen envidiable de un buen parlante,
que suave composición tuvo
la melodía que fueron esos tiempos.
tu pelo parecía una totalidad
pero al pasar los dedos,
rompiéndo el esquema que reinaba
tu cabeza de coliflor,
era sorprendentemente fácil
atravesar ese matorral color maíz.
supongo que es porque
siempre fuiste suave.
como el pétalo de una que,
llega por vez primera
a su momento de esplendor.
con verte alcanzaba
para saber que serías un tobogán
un tobogán
ideal
donde podría deslizarme horas,
todas las horas de la media estación,
sin que se cuestione nada.
y eso también era parte de tu suavidad:
el silencio de tus labios ansiosos,
porque lo áspero son las palabras
y vos no les dabas lugar.
en la cama solo había lugar para 2
y ni una letra.

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