con un tinte medieval

Hoy, en mi clase de ashtanga yoga, invadieron mi paz seres del mundo exterior. Algunos energúmenos, se aferraban a sus bocinas, parecía que con la certeza de que sus autos mutarían, cual transformer 3D, en helicópteros si las apretaban la suficiente cantidad de tiempo. Y vino a mi mente una lanza de madera, atravesando la garganta del conductor horrible que tocaba la bocina. Luego una maza con púas, aplastando la cabeza de otro. ¡Ahí estaban, mis salvadores! ¡Mis guerreros medievales! Son mercenarios entrenados para matar, traídos de la edad media, que siguen las órdenes de mi mente suelta, sin que yo pronuncie palabra alguna. Sin tortura, muertes limpias y precarias. Lanzas, flechas, y ahhh! una espada de acero valyrio decapitando a los infelices que tocan mucho la bocina.