no hay mejor momento que ese imposible de percibir, en el que dejo de pensar y empiezo a sientir. Hoy ocurrió en yoga: tenía la cabeza a mil, parecía imposible dejar de maquinar con cualquier cosa. pero en algún punto entre la serie de surya namaskar A y la B me desenchufé, me perdí del mundo y me hallé en el cuerpo. Que maravillosa sensación, respirar, y existir.
estoy tomando la sopa parada en la cocina, mientras hablo por teléfono con R. hablamos de pasajes, y de viajes, se va a ir a Sao Pablo por trabajo un par de días, le tiro una onda, bastante explícita - llevame que quiero ir al barrio japonés - pero es un viaje corto, de trabajo. entiendo, envidio, felicito. voy a buscar un lugar para sentarme a comer con el seitán en el wok, ya tibio, porque me colgué hablando (igual y me gusta la comida tibia). la mesa está llena de cosas mías, y eso que me pide que no tire todo en la mesa ni bien llego, inevitable, en fin, no hay lugar. pero está el sector de piso, que se mudó entre la ventana y la chimenea. ideal.
estoy comiendo con mi cuchara de postre, directo del wok, que apoyo en mi rodilla, mirando el invierno desde la comodidad del hogar. no pasa ni un auto. ahí sale la vecina de enfrente, maquillada, con ese andar extraño que tiene, seguro que no hace yoga, o quizás sufrió un accidente de joven. Que bueno que ya no tengo que salir de casa por hoy.
me voy a dar una ducha, ducha de media tarde, que bien el agua, yo soy agua, no puedo dejar de fluir.
Pepa me puso "feliz día!" porque hoy es nuestro día, el día de la pachamama, día en que celebramos nuestra primera comunión con la tierra. R me dijo de casarnos hace ya mucho tiempo, dije que no y en chiste me insistió por las mañanas, hasta que un día dije que si y después todos se coparon con la idea y yo no, me agarró panic attack y me arrepentí. R es tan genio que no me dejó, solo se río y me dijo estas re loca, no importa, no nos casemos. la tranquilidad de ser sola. no me quiero casar. me suena al verbo Cazar. Cazar no me gusta. Acechar si. además yo ya me casé, hace como 6 años, un 1 de agosto, me casé con la madre tierra.
estoy tomando la sopa parada en la cocina, mientras hablo por teléfono con R. hablamos de pasajes, y de viajes, se va a ir a Sao Pablo por trabajo un par de días, le tiro una onda, bastante explícita - llevame que quiero ir al barrio japonés - pero es un viaje corto, de trabajo. entiendo, envidio, felicito. voy a buscar un lugar para sentarme a comer con el seitán en el wok, ya tibio, porque me colgué hablando (igual y me gusta la comida tibia). la mesa está llena de cosas mías, y eso que me pide que no tire todo en la mesa ni bien llego, inevitable, en fin, no hay lugar. pero está el sector de piso, que se mudó entre la ventana y la chimenea. ideal.
estoy comiendo con mi cuchara de postre, directo del wok, que apoyo en mi rodilla, mirando el invierno desde la comodidad del hogar. no pasa ni un auto. ahí sale la vecina de enfrente, maquillada, con ese andar extraño que tiene, seguro que no hace yoga, o quizás sufrió un accidente de joven. Que bueno que ya no tengo que salir de casa por hoy.
me voy a dar una ducha, ducha de media tarde, que bien el agua, yo soy agua, no puedo dejar de fluir.
Pepa me puso "feliz día!" porque hoy es nuestro día, el día de la pachamama, día en que celebramos nuestra primera comunión con la tierra. R me dijo de casarnos hace ya mucho tiempo, dije que no y en chiste me insistió por las mañanas, hasta que un día dije que si y después todos se coparon con la idea y yo no, me agarró panic attack y me arrepentí. R es tan genio que no me dejó, solo se río y me dijo estas re loca, no importa, no nos casemos. la tranquilidad de ser sola. no me quiero casar. me suena al verbo Cazar. Cazar no me gusta. Acechar si. además yo ya me casé, hace como 6 años, un 1 de agosto, me casé con la madre tierra.
