samedi, juillet 09, 2011

Plena

como despues de un polvo
pero con una sensación cósmica
de esas que sentímos cuando estamos en una montaña y el mundo es mucho más pequeño
y alma mucho más grande
flexible
como si todos los músculos del cuerpo estuvieran en un vaivién constente
entre el efecto de un relajante y la tensión de una postura de equilibrio
con una flexibilidad mental que en la cotidianidad no nos permitimos
y que está buena porque todo lo que queremos hacer puede hacerse
y existe la certeza de que nada que sea puro puede dañar
y nada que sea sincero salir mal
pero no se piensa ni se razona solo se siente
plena
como una nínfula de Nabokov
como una gata al sol que no puede abrir los ojos por el reflejo pero tampoco quiere
porque con los ojos cerrrados siente más el calor
y siente todo alredor en perfecta comunión
dulce y etérea
como si el aire fuera un poco más espeso de lo normal
y cada bocanada alimentara más profundamente a todas las células
moviendo los brazos y las manos despacio para atravesar la inmensidad que se presenta
confitada en azucar negra
y nos rodea
y nos invita a bailar
a no dejar de sonreir
a reirse de todo y de nada
bailar
apretar la cabeza hacia abajo, con las manos entrelazadas por detrás
y bajando los codos
estirando cervicales, abriendo chakras, dejando la nuca desnuda
suave
y fresca.
Una noche fresca.

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