lundi, septembre 03, 2007

papelitos que le escribí a Pou

La casa, el cuarto, de esa adolecente. De luces apagadas, música extaña y olores siniestros. Incienso viejo en el aire, pero a vida, a vida extraña. Cuando salía el sol volaba por aquí. Yo la veía. Sus amigos como criaturas extrañas que la cuidaban escondiandola en sus laberintos. Ella los decoraba y los recorría. La perdíamos. Pero volvía sola. Porque quería. Cuantas veces la vi pasar dando saltos de ángel. Pero ella no quería ser eso.
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