vendredi, septembre 07, 2007

34º de sensación térmica

No hay luz en la facultad, esta casi desierta. “Filosofía Contemporánea” se dicta en le aula “CHE” Guevara; enorme aula. Nuestra segunda clase teórica de Heidegger y el calor agobia, todas las frentes brillantes, muchos con abanicos hechos de papel y botellitas/latitas de algo.
Mi dolor de ovarios también está presente en clase, a Lucía le baja la presión y Julia está particularmente participativa.”Solo vamos a tener clase mientras haya luz”- nos explica el profesor; hay otras aulas de la facultad en las cuales la luz solar se extinguió hace rato. Según mis cálculos solo serán 2 horas de las 4 que tenemos normalmente, y así se suman 2 más a la lista de “horas de clase perdidas” (huelgas, paros, amenazas de bomba, problemas técnicos y las infaltables interrupciones).
Acá nadie espera un ventilador, menos que menos un aire (in-i-ma-gi-na-ble); yo con que corra un poco de aire me conformo. Pero no sucede, así es que cuando siento que me voy a desmayar voy al baño. Los pasillos del segundo piso de puan están en penumbras, totales de a ratos, la sala de proyección es una boca de lobo, casi me chocan 3 entes que por allí pasaban. No se ve bien.
La cadena no anda, y ahí comprendo porque estaban todos inodoros llenos de pis y papel (siempre carilinas, aquí no hay papel higiénico). Salgo y noto que ni siquiera se leen los eternos afiches del pasillo, pero si continúan dándole ese look cartonero a la Facu. Jamás me sentí en una situación más similar a Ensayo sobre la ceguera de Saramago. Oloroso, húmedo, oscuro… un asqueroso caos.
Volviendo a clase veo que hay otro docente dando clase: uno de esos seminarios. Para el debate evidentemente no necesitan mucha iluminación, pero estas condiciones son un extremo.
Me quiero ir, y por esa misma razón me quedo, justificando lo que le dije a mi hermana de la universidad pública “Es estudiar siempre en contra del sistema”, siento que si no depende de nosotros no depende de nadie el continuar. Y dudo que algo vaya a cambiar.
Entro al aula:
El profesor ya esta parado al lado de la ventana para poder leer, me hace preguntarme si esto es pura vocación o simple resignación.
Los alumnos ya no se gastan en intentar seguir la lectura.
Entra uno de esos famosos hombrecitos de mameluco gris:
- “Profesor lamento interrumpir pero estamos cerrando la facultad porque no hay luz”

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