"Diez mil hijos tuyos perecieron en la palma de mi mano, Alteza -pensó al tiempo que introducía un tercer dedo en Myr-. Mientras roncabas, yo me lamía para quitarme a tus hijos de la cara y los dedos, uno a uno, todos príncipes blanquecinos y pegajosos. Hiciste valer tus derechos, mi señor, pero en la oscuridad, devoré a tus herederos."
Festín de Cuervos, George R.R. Martin