nadie nos aviso

nadie nos aviso
que el estoy iba a ser pagado con nuestra salud,
y con nuestra salud mental
así como arrancó siguió, de una noche a la otra, zarpó
el que no se sube al bote ahora se queda mirando desde la orilla
nadie lo dijo, pero fue claro
oídme profesar que no es lo mismo ser y estar
insisto: nadie nos avisó
que nos golpearíamos la cabeza con una bañadera
que andaríamos desnudos en casas ajenas
que nuestro límite era otro
que tendríamos noches de delirio
que éramos vampiros
nadie nos avisó de noches demasiado fuertes para principiantes
por suerte no arrastramos a nadie a la ola, porque sabemos que si no surfeas
te ahogas
¡quédate en la orilla hijo!
cuando deje de soplar salimos
convertidos en dios sabe que cosa
profesando dios sabe que religión